Este último 2 de Noviembre me paré frente a 1,200 personas en el TEDxLima para contar mi historia, y no fue fácil. De igual no lo fue postear en Abril del 2019 en Linkedin, al lanzar mi segundo libro: “Cristina Quiñones, 46 años, 2 libros, 0 hijos”. 

La verdad no estaba segura de hacerlo pero algo en mi me impulsó, de pronto sentía que tenía que alzar la voz por todas estas mujeres sin hijos, que por decisión propia u imposibilidad (mi caso) habíamos terminado en una familia diferente, sin hijos… . Es “la realización fuera de los márgenes!”. Y sobre eso quiero hablarles… las múltiples formas de realización femenina fuera de la maternidad, o mejor dicho, las mujeres sin hijos…yo soy una de ellas y esta es mi historia.

“El mundo real no es de blancos o negros, sino de grises”. Estamos acostumbrados a ponerles etiqueta a todos porque de cierta manera nos ayuda a ordenar el mundo o simplificarlo, cuando le pongo un nombre a algo, puedo identificarlo y saber si es bueno o malo, justo o injusto, agradable o desagradable, atractivo o peligroso, etc, y así nos vamos inventando etiquetas para todo, para una condición civil, para un tipo de personalidad, para un estilo de vida, y así… etc. El tema es que estas mismas etiquetas que nos ayudan a entender el mundo también nos limitan cuando somos incapaces de ver más allá de ellas, o las usamos como entes absolutos o rígidos…sin capacidad de evolución…emergen los estereotipos, y ciertamente los prejuicios… 

Si tienes 30 años y no te has casado Ay! Eres una solterona, Si te has divorciado Ay! Eres una fracasada; Si cuidas a tus hijos solo y eres hombre Ay! Eres un pisado, y en mi caso, si eres una mujer sin hijos Ay! Eres incompleta! No te has realizado!… y es que puedes tener 20 en todo y ser una buena profesional, persona, esposa y hasta amante, pero si no tienes hijos, has fracasado! Y a mi eso me dolía, me duele…yo nunca jugué a ser mamá y, después de muchos tratamientos de fertilidad, tampoco pude serlo, pero ¿no era acaso que habrían muchas mujeres como yo?. Luego de años de tratamientos de fertilidad negativos, llego a hacerme la pregunta ¿por qué quería ser madre? ¿Acaso ser madre es el camino que todas las mujeres debemos seguir o acaso no hay otras formas de dar a luz? Decido escribir de esto en el Blog de Gestión y mi nuevo libro, sobre las nuevas formas de ser femenino, de ser madre, y esto da pie a múltiples aprendizajes, algunos de ellos los presenté en el TEDxLima este noviembre último.

“La vida no es en línea recta, sino curva”: la mal llamada imperfección o anormalidad puede ser la más absoluta belleza…vivimos tan absorbidos por la meta, nuestros objetivos, en este caso en mi caso la maternidad, que había perdido el disfrute el viaje, del proceso, de la vida misma… mi vida se defina en 1s y 0s, ser madre o no serlo… cuando hay quebrados! ¿realmente quería tener niños?…en verdad no tengo la respuesta clara, el mundo no es de blancos y negros, el mundo es de grises.. y bueno, tenía que empezar a ampliar la paleta de colores…encontrar nuevas formas de dar a luz, para mi escribir libros, amar a mis sobrinos, criar hijos profesionales es una forma no solo de hacer terapia conmigo mismo y matar mis demonios sino contribuir a dar luz a nuevas ideas/proyectos que pudieran, tal vez, inspirar a otros.

“A veces se gana, a veces se aprende”. No siempre en la vida vas lograr tus metas, al menos no de la forma como tu esperas… cumple tus sueños te dicen, pero nadie te prepara para el momento que no puedas cumplirlos…todos estamos tan obsesionados con el éxito, que nadie está preparado para el fracaso… o tal vez para aceptar una realidad que no esperabas, y toca elegir: quedarse en el dolor o reinventarlo…. A veces lo que no te mata, te hace más fuerte… me pasó a mí. Tal vez no pude ser madre, al menos no de la forma convencional, pero soy madre profesional de muchos chicos en mi compañía, de mis alumnos y tal vez de algunos de mis lectores a los que veo crecer, y que además me gusta enseñar y verlos desarrollarse…por cierto, creo que existe hoy una obsesión por los logros, por la perfección, por la idealización del sueño que nos impide ver la realidad…a veces tu lado más frágil o inestable puede ser la fuente de tu mayor aprendizaje… a veces se gana, a veces se aprende. Ojalá pudiéramos disfrutar y hasta aprender más de estos “fracasos”.

“Hay luz donde otros ven oscuridad”. Hoy creo, más que nunca, que las etiquetas ni los números nos definen… los números de una cuenta bancaria, los números de tu talla de ropa, y los números de hijos…somos más que un número, somos más que una etiqueta… somos eso que decimos ser, y no lo que otros deciden que seamos… muchas mujeres que quieren ser madres pierden su propósito, y lo concentran en la maternidad sin entender o reflexionar realmente para que y por qué están en este mundo, lo que quieren hacer o cómo quieren realizarse…más allá de la maternidad. Se pierden en esta oscuridad y ocultan su luz…

Por eso me gustaría concluir este post retomando la frase que dio inicio a esta reflexión… plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro” no siempre podemos tener las tres, algunas pueden tener el hijo, otras plantar el arbol, otras pueden escribir y hacer mucho más aún…a mí me tocó escribir el libro, pero lo más maravilloso que descubrí en este viaje de no haber jugado a ser madre es que aprendí que cada uno debe escribir su propio libro, su propia historia, y no dejar que otro la escriba por uno. Hay más de una posibilidad de realización y más de un color en la paleta… y si bien no pretendo salir nunca en el álbum de Disney o Familia de Cuento (no creo en la idealización o utopias), estoy muy orgullosa de lo que he logrado hasta ahora…este es mi mensaje final a ustedes: escriban su libro, descubran lo que quieren en verdad por dentro, y no dejen que la vida defina lo maravillosamente imperfectos o diferentes que pueden llegar a ser. Abracen la diferencia!  Pues saben qué? “Lo que no se puede parir con el cuerpo, se engendra desde el ❤« 

Muchas Gracias!